Ahora hablaremos de un aula que no es la ideal, un aula de compañeros indisciplinados, un profesor que parece no tener ganas de que tú aprendas. Estimado alumno, tienes un desafío serio; A continuación te doy algunas sugerencias.
Habla en privado con tu profesor. El propósito no es criticarlo de ninguna manera, sino expresarle tu vivo deseo de mejorar en matemática, la materia que tu profesor enseña. Dile que, si es posible, te permita sentar en uno de los primeros asientos en el aula. Dile que deseas escuchar sin interferencias. Dile que te estás esforzando por entender la matemática y estás dedicando tiempo en tu casa a estudiar y hacer las tareas. Estos comentarios lograrán que tu profesor te dé mayor atención y te ayude mejor.
Habla a tus compañeros. Me refiero a aquellos que te impiden escuchar con atención. Diles con firmeza que no te distraigan. Diles algo así: “Por favor no me distraigas”, “Dejemos esto para después” o algo parecido. Trata de no ser agresivo, de no armar peleas con tus compañeros. Si eres persistente, con el tiempo tus compañeros dejarán de interrumpirte.
Participa en clase. Cuando tu profesor dice: “¿Está claro?, ¿Entendieron?, ¿Alguna pregunta?”, o algo parecido, debes entender, que ha llegado el momento de participar. No tengas temor de pedirle que vuelva a repetir la parte que no entiendas. Ten cuidado, no le pidas que explique de nuevo todo el tema. Si el profesor pide un voluntario que pase a la pizarra a efectuar algún ejercicio, es el momento de armarse de valor y pasar.
Espero que estas sugerencias te ayuden a enfrentarte a este desafío.